Por Willy Anaya
Entre las curiosidades escuchadas en las campañas municipales, especialmente para Lima, estaba el llamado por cierta candidata a los "emprendedores", y lo hacía en Villa el Salvador. Ciertamente un distrito que nació en el desierto, que efectivamente necesitó de mucho emprendedurismo por parte de sus ciudadanos, que lo hicieron sin Estado y en la absoluta informalidad. Mientras que, quienes gobiernan el Perú desde inicios de la republica con el Estado capturado desarrollaban sus privilegios. A estos siempre se les llamó emprendedores, pero eran los "formales", los que tienen al Estado a su favor.
Los "emprendedores" sean "informales" o "formales" piensan lo mismo. Por ejemplo, por considerar solo el aspecto tributario, actuan de la misma manera, no les agrada pagar impuestos. Pero hay diferencias, los unos no pagan por que no pueden (están sobreviviendo) y los otros, por que tienen exoneraciones tributarias (hacen lobby).
En el Perú, sus ciudades reflejan décadas de exclusión, llegándose a vivir en Lima incluso hasta en los cerros, sin acceso al agua y a otros servicios básicos. Aquellos seres humanos que por la exclusión económica tuvieron que crear sus propias actividades "informales" para poder sobrevivir, ahora se les llama "emprendedores"; se les llama asi, a aquellos que fueron abandonados a su suerte.
Lo que si es real es la preocupación del stablisment, que busca ganar con el discurso del "emprendedor". No pueden hacer nada con las tasas de natalidad, que además la necesitan, ya que es excelente para que los mercados crezcan (mas consumidores); pero es perjucial para el establisment político, sobre todo si los "informales" ganan presencia política y sobre todo conciencia, fuera de posiciones conservadoras. De modo que, preveer llamar a los "informales excluidos", "emprendedores", resulta una etiqueta mejor diseñada, para seguir manteniendo los privilegios de un sector, claro sumando a aquellos "exitosos".
Cambiar el contexto por uno incluyente y verdaderamente democrático es la alternativa. De tal manera de aprovechar el impulso de los verdaderos emprendedores, que está en aquellos que vienen de abajo.
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